La estructura es simple y clara.
La intruducción es una reflexión de Larra en la que nos comenta que no sabe que escribir y nos describe su situación.
Después se pone a hablar con un joven al que le interesa formar parte del mundo del teatro cómico, y Larra le hace preguntas para ver si está preparado. El chico que no tiene mucha idea, más bien ninguna, insiste en que Larra le ayude a formar parte del teatro cómico.
La conclusión que nos da a enter Larra es que cuanto menos sepa y más ignorante sea un cómico, mejor será.
Mantiene la ironía muy visible desde un principio, siendo fiel a su forma de escribir.
- Bravo empeño! ¿A quién?
- Al Ayuntamiento.
- ¡Hola! ¿Ajusta el Ayuntamiento?
- Es decir, a la empresa.
-¡Ah! ¿ Ajusta la empresa?
Como en muchos de sus artículos, en este hace una crítica, pero hacia los cómicos.
- Cierto. ¿ Y qué sabe usted?¿ Qué ha estudiado usted?
- ¿Cómo ?¿ Se necesita saber algo?
- No; para ser actor, ciertamente, no necesita usted saber cosa mayor...
El artículo en cuestión no es costumbrista, sino crítico y dramático, ya que el autor critica el teatro de su época y se plantea renovarlo.
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