Este artículo empieza con una de sus reflexiones, pero esta vez sobre como se come en España.
Después aparece un personaje en casa de Larra, que le dice que quiere ver España, y que aquí solo se festejan las corridas de toros.
Luego, un amigo de Larra lo invita a comer a una fonda, y Larra no quiere ir, pero este insiste hasta que accede.Una vez en la fonda, Larra ve que no le gusta el servicio porque es pésimo, hasta que llegó a una mejor, con un mejor servicio. Pasado un tiempo Larra no puede evitar darse de cuenta de que en realidad es igual que las demas fondas, y come a disgusto.
El tema de este artículo de Larra es una crítica aquellas personas que les gusta comer en las fondas, cuando el mejor lugar para hacerlo es la casa de uno mismo.
En este artículo, Larra critica mucho la cuestión del comer en España. Lo único que ve de bueno en las fondas es las costumbres de reunirse con sus buenos amigos, porque éstas ofrecen un servicio y unos precios atemorizantes.
El amigo de Larra representa el típico español que le gusta comer mal, porque le agrada ir a comer a la fonda. El amigo va comer a la fonda porque es de buen precio y está acostumbrada a la comida que ponen.
Al final, Larra consolida su rechazo a las fondas cuando observa el dinero que costaba comer peor que en la casa de uno mismo.
Larra denuncia una de las costumbres que le parece más absurda, como es la diversión de muchos españoles en comer en las fondas. Rechaza una costumbre española.
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